domingo, 23 de diciembre de 2018

Más sobre "fines y medios"

Para que veais que la discusión sobre "fines y medios" es de rabiosa actualidad.


Fines y medios

¿Queremos resolver el conflicto catalán? No creo que nadie se atreva a ofrecer una respuesta negativa, aunque el que siga estancado es para muchos una garantía cierta de rentabilidad electoral

Reunión entre Pedro Sánchez y Quim Torra en Barcelona. Vídeo: Llegada a Pedralbes.
Reunión entre Pedro Sánchez y Quim Torra en Barcelona. Vídeo: Llegada a Pedralbes. MONCLOA
Queremos resolver el conflicto catalán? No creo que nadie se atreva a ofrecer una respuesta negativa, aunque el que siga estancado es para muchos una garantía cierta de rentabilidad electoral. O sea, de un sí pero no. O de un sí a cambio de que sea el otro el que ceda. Hay pocos que se atreven a elevar el problema a la categoría que realmente tiene, la de un dilema político de libro. Y los dilemas políticos no se resuelven sin costes y concesiones por ambas partes. Eso que siempre se refleja con la conocida metáfora de que para hacer una tortilla hay que romper algunos huevos. La forma más sencilla de decirlo es, sin embargo, aquella de la que se valió Friedrich Nietzsche parafraseando a Maquiavelo: “El que quiere el fin debe querer los medios”.
Las grandes discrepancias en torno al asunto derivan precisamente de esto último. Si no estoy dispuesto a aceptar los medios por las consecuencias políticas que pueden tener para mis intereses, pues renuncio al fin. Es el caso de la derecha española, incapaz de apearse de una determinada concepción de España para acoger de otra forma la excepcionalidad catalana. O el del propio independentismo catalán, que no concibe ya otra relación con el Estado que no sea desde el suyo propio. La consecuencia es obvia, sigamos a garrotazos. Y al que trata de situarse en una vía intermedia se los lleva de ambos lados.
Esto es precisamente lo que le ha ocurrido al Gobierno en su aparatosa visita a Barcelona esta semana. Se ha ganado una ira que raya en la histeria por parte de la derecha y el desprecio condescendiente del Gobierno catalán —no hay más que ver las posteriores declaraciones de su portavoz, Elsa Artadi—. Pero tiene a su favor el que a ambos les ha sacado de su confortable estrategia de piñón fijo. Al president Quim Torra, porque tomó al fin conciencia de que inflamar las calles se volvería inmediatamente contra él; y al tridente de la derecha, porque Cataluña está lejos de la “guerra civil” anunciada y Pedro Sánchez no ha hecho, que se sepa, concesión “constitucional” alguna.

Ha faltado claridad en las declaraciones, como el eufemismo de la “seguridad jurídica”, y el Gobierno no se vuelve de Cataluña habiendo conseguido una renuncia explícita de los independentistas a la vía unilateral. Pero es un primer paso. Es sabido que hoy la política se consume más en gestos y palabras que en medidas concretas. Y los del pasado viernes abren alguna vía a la esperanza. Primero, porque ha ratificado que, salvo excepciones, la violencia es hoy sobre todo verbal, hemos cambiado las pistolas por el smartphone, el odio se ha vehiculado hacia el ciberespacio. Y, en segundo lugar, porque algo ha comenzado a moverse: hemos empezado a poner los medios para alcanzar el fin. Ahora solo queda hablar de ellos, estudiarlos y fraguar consensos. Es decir, hacer una política responsable y dejarnos de retóricas vanas, ese pan electoral para hoy que nos conduce al hambre colectiva para mañana.


https://elpais.com/elpais/2018/12/22/opinion/1545483380_381750.html


martes, 18 de diciembre de 2018

TÚ Y USTED


Usos de tú y usted según la situación comunicativa, las relaciones entre los interlocutores u otras circunstancias personales.
usted

INFORMALIDAD
FORMALIDAD

CERCANÍA
DISTANCIA

- EDAD
+ EDAD

MISMO ESTATUS
JERARQUÍA

AMISTAD


NORTE DE ESPAÑA
CANARIAS /SUR DE ESPAÑA/HISPANOAMÉRICA

CONFIANZA
-MENOS CONFIANZA

- RESPETO
+ RESPETO

IDEOLOGÍA IZQUIERDA O FASCISTA
IDEOLOGÍA + CONSERVADORA

MODERNO
CLÁSICO

URBANO
RURAL

- ELEGANCIA
+ ELEGANCIA



miércoles, 12 de diciembre de 2018

Una lectura para la redacción: "¿El fin justifica los medios?"

TRIBUNA:EL ASNO DE BURIDÁN

Sobre el aseo de las guerras

La presunción de que puedan existir guerras sucias, guerras indignas y despreciables, no pasa de ser sino una ingenua trampa semántica. La guerra sucia y ruin tan sólo tendría justificación en su significado si pudiera contrastarse con aquella otra guerra limpia y digna capaz de mostrarnos sus loables galas y sus nítidos aseos. Pero ha transcurrido ya el suficiente tiempo histórico para que hayamos aprendido, en nuestras propias carnes, la penosa y desorientadora lección de que todas las guerras son sucias, ya que las lacras agazapadas bajo los cantos heroicos y las más nobles apelaciones al patriotismo acaban siempre por aparecer, tarde o temprano.La idea de la guerra limpia procede de la época en la que el combate ritualizado por las elegantes reglas de la caballería acabó convirtiéndola en el deporte de la Europa feudal. O quizá incluso de tiempos anteriores, de las calendas que vinieron marcadas por la lucha entre las ciudades mediterráneas de la edad del hierro. En cualquier caso, la noción de la guerra limpia expresa -y también condiciona- el entendimiento aristocrático de la lid como el medio para proclamar la buena cuna y contrastar las maneras educadas y obedientes a unos valores rígidamente codificados.Es probable que jamás haya existido el tiempo en el que la guerra se haya sujetado de forma absoluta a tales normas, pero al menos sí tenemos constancia de la glorificación de la lucha según las normas caballerescas de tal estilo. La verdad es que da igual porque la guerra noble -la guerra- que llamamos noble-, pese a los esfuerzos de los guerreros y sus cronistas, jamás pudo ocultar, tras la parafernalia de los pendones, las armaduras y los yelmos, la continua presencia de esa otra represión, rara vez reflejada en los cantares de gesta, que podría entenderse como una guerra paralela entre el señor y el siervo eternamente condenado a llevar la peor parte en el conflicto, cuyos usos tan sólo se sujetaban a la ley del más fuerte, a las normas dictadas por el más fuerte.
Hablar hoy de la guerra sucia nos obligaría a entender cuál es la guerra limpia que habría de brindarnos su contraste. ¿Será acaso la limpieza de los bombardeos de napalm sobre los campos de refugiados en el Próximo Oriente? ¿O la de la invasión de Mganistán o la minúscula isla de Granada, tal vez? ¿Habrá una guerra limpia implícita en Centroamérica, a través de sus fronteras? ¿O será, por el contrario, la limpieza en el manejo de los desaparecidos la que pueda ir marcando las pautas de la modernidad en semejante esfera?
Quienes se sienten proclives a la taxonomía y gustan de conceder patentes por medio de la clasificación suelen aludir a las guerras ofensivas y defensivas para indicar dónde reside el criterio de los aseos bélicos. El defenderse es noble y legítimo, mientras que el atacar es maligno y deplorable. En ocasiones la idea hasta puede resultar atractiva y digna de elogio, y todo el mundo entendería que, en el supuesto de una invasión de la República de San Marino por parte de la Unión Soviética, la asignación de papeles sería fácil y apenas plantearía mayor problema que el de la necesaria urgencia a la hora de condenarla. Cuando las cosas están tan claras podemos ahorrarnos las clasificaciones por innecesarias y obvias. Y siempre que compliquemos un poco los supuestos aparecerán acciones defensivas, estratégicamente concebidas como la invasión del prójimo antes de que a él se le ocurra hacer lo mismo. El despliegue de misiles con carga atómica es la última expresión del cinismo al que puede llegarse por esos medios.
La defensa no es argumento que nos valga de gran cosa, ya que, invocándola, cualquier Estado poderoso podría aplicarse a la anticipada defensa de su territorio con tal dedicación. y acierto que al final toda la Tierra, en sus cinco continentes, resultase comprendida en sus fronteras. ¿Y qué podremos decir entonces de la guerra limpia? Semejante utópico sueño nos hubiera conducido, al menos, a la definitiva sustitución del ejército por la policía, lo que, tal como están las cosas en el mundo entero, ni siquiera hubiera significado una diferencia demasiado notoria.
La aparición de un nuevo grupo terrorista, uno más en esa amarga nómina de difícil catadura, ha desatado de nuevo la idea de la guerra sucia, implicando esta vez al Estado como institución frente a otras instituciones (?) más particularizadas. Guerra sucia sería la realizada por la policía, disfrazada de grupo terrorista de extrema derecha, a la caza de bandidos de ETA. Sublime decisión. ¿Acaso sería limpia la guerra de los atentados en el caso de que la policía no tuviera ni arte ni parte en la batalla? ¿Es guerra limpia la de la supuesta liberación del País Vasco? Mi pensamiento, si es que a alguien le interesa conocerlo, se mantiene en una perplejidad ya obsesiva ante la velocidad con que nos acostumbramos a las tragedias. Todas las guerras son sucias, y la supuesta acción de Estado tampoco puede arrojar demasiada basura sobre lo que resulta ya escandalosamente emporcado y despreciable, y no por el Estado. No olvidemos que los grupos armados al estilo de ETA reivindican su condición de ejército y un sentido. institucional. Estoy convencido de que el uso de la policía en acciones contrarias a la Constitución y a su espíritu es éticamente despreciable y difícil de justificar, aun invocando eficacias y admitiendo técnicas utilitaristas. Pero ninguna indignidad, en el supuesto de que llegara a producirse, puede ocultar, ni tampoco mudar en heroicos, todos los muchos y repugnantes asesinatos del terrorismo. Llega un momento en el que los colores, a fuer de oscuros, admiten pocos matices.
© Camilo José Cela, 1984.
https://elpais.com/diario/1984/01/14/opinion/442882812_850215.html

martes, 4 de diciembre de 2018

LENGUAJE FIGURADO

Ejemplos de lenguaje figurado

1. Estoy en la flor de la vida
2. Él es la cabeza de familia.
3. La vida es un valle de lágrimas.
4. . Me están saliendo muchas patas de gallo en la cara.
5. Me voy volando para allá.
6. . Esa mujer es una víbora.
7. Trabajo como un burro; necesito vacaciones.
8. Caminamos a paso de tortuga; así nunca llegaremos a tiempo.
9. Estoy entre la espada y la pared.
10. Comes como un pajarito.
11. Me siento aburrido como una ostra.
12. Me encanta devorarme los libros; soy una rata de biblioteca.
13. Ese nuevo empleado es una máquina.
14. Este cuarto es un horno.
15. Mi amiga y yo somos uña y carne.
16.  Él es fuerte como un roble.
17. Pone los ojos de borrego degollado.
18.  El trabajo que tengo que hacer es pan comido.
19. Él es como un pozo sin fondo;
20. Eres más lento que una tortuga
21. Se ha metido en la boca del lobo. 
22. En casa del herrero, cuchillo de palo.
23. Agarrar la sartén por el mango.
24. Más vale pájaro en mano que cientos volando.
25. Por la boca muere el pez.
26. Agua que no has de beber, déjala correr.
27. En el país de los ciegos el tuerto es el rey.
28. Perro ladrador, poco mordedor.

Cuatro cosas

Los políticos compiten en demostrar cuál de todos es el más incompetente e irresponsable

La opinión pública de este país se ha convertido en un tribunal de barra de bar en el que hasta el más idiota se siente juez con derecho a emitir condenas inapelables seguidas del consiguiente rebuzno en las redes sociales. Por su parte, los políticos compiten en demostrar cuál de todos es el más incompetente e irresponsable, unos con altanería falangista, otros perdidos en la niebla. El ciudadano corriente vive en medio de este albañal asfixiante con la sensación de que el capitán del barco ha gritado: “¡Sálvese quien pueda!”, pero la gente en su huida no encuentra el bote salvavidas ni ninguna otra forma de llegar a tierra aunque sea a nado. No se trata de ser apocalíptico. Si este fuera tu caso debes saber que hay salvación. Leo en el Breviario de saberes inútiles,de Simon Leys. “Un joven discípulo pregunta al maestro. ‘¿Qué es el Buda?’ El maestro responde: ‘El Buda es una col de dos libras del mercado de hortalizas de Chaozhou”. La respuesta significa que si eres capaz de captar un fragmento de la realidad, por muy humilde que sea, conseguirás llegar a lo más profundo de la verdad. A esa realidad de atuvo Robinson Crusoe para poder sobrevivir al naufragio de su barco. “Dos armas de fuego, un hacha, tres sables, una sierra y tres quesos holandeses”. De modo que si un día te sientes náufrago en una isla plagada de caníbales deberías saber que basta con cuatro cosas para salvarte. Concentra toda la realidad en esa col de dos libras de cualquier mercadillo de frutas y hortalizas de tu barrio. Busca la verdad en los gritos del verdulero y no en los que proceden del gallinero político y mediático. Sé consciente de que el universo entero se contiene en un grano de polvo que pisan tus zapatos. Por lo demás, nada podrán los caníbales contra los quesos de Robinson Crusoe si los compartes con amigos y los acompañas con un vino apropiado.              Manuel Vicent